El inmenso poder curativo de la música

La música. El arte por antonomasia. A lo largo de los siglos ha estado presente en la vida de los hombres como un elemento cotidiano y esencial. Visto por muchos como solo un arte lúdico, desde tiempo inmemorial ha sido utilizada para ayudar al ser humano a su correcto desarrollo, tanto orgánico como espiritual. Intentaremos en este artículo hacer un somero repaso histórico de la musicoterapia, como uso terapéutico de la misma y pondremos algunos ejemplos maravillosos en los que este noble arte ha curado, o ayudado a la gente ha tener una existencia mejor.
Podemos definir la musicoterapia (según el Comite de Práctica Clínica de la Wordl Federation of Music Therapy, Hamburgo, Alemania): como un proceso creado por el musicoterapeuta para facilitar, promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento, la expresión, la organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, para así satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y/o cognitivas. Teniendo como fin desarrollar potencialidades y/o restaurar las funciones del individuo de manera tal que éste pueda lograr una mejor integración intra y/o interpersonal y consecuentemente una mejor calidad de vida a través de la prevención , rehabilitación y tratamiento.
Si hacemos una breve mirada histórica, la utilización de la música para fines terapéuticos se conoce desde la prehistoria, en donde ya se utilizaba como ritos mágicos, religiosos y de curación. Se han encontrado papiros del antiguo Egipto que datan del año 1500 a.C. donde se ya constataba la utilización de la música como un agente capaz de curar el cuerpo, calmar la mente y purificar el alma.
Ya fue en la antigua Grecia donde los filósofos Pitágoras, Platón y Aristóteles sentaron las bases científicas para la creación posterior de la musicoterapia como tal. Ellos forjaron la teoría del Ethos, base de la musicoterapia, ya que esta teoría considera que los elementos de la música, como la melodía, la armonía, o el ritmo ejercían unos efectos sobre la parte fisiológica emocional, espiritual, y sobre la fuerza de voluntad del hombre.
En la Edad Media nos encontramos títulos literarios como "La Homilía" de San Basilio en donde se habla de la música como elemento indispensable para calmar las pasiones del espíritu modelando sus desarreglos.
La primera ópera conocida data de 1600 y toma como elemento primordial la teoría antes comentada de los griegos, y tiene como argumento principal la mitología griega. El compositor sería el italiano Jacobo Peri.
Ya en el siglo XVIII se empiezan a estudiar los efectos de la música sobre el organismo, destacando la obra del médico británico Richard Brown que escribió el libro "Medicina Musical".
El autor E. Thayer Gaston en su "Tratado de Musicoterapia" establece el punto de partida de la musicoterapia como tal a partir de la Segunda Guerra Mundial. Parece ser que un grupo de voluntarios se desplazaban a los hospitales a tocar y cantar melodías para paliar las heridas y enfermedades de los pacientes, llegando los médicos y enfermeras a constatar la mejoría de muchos de ellos.
Todo esto no sirve de nada si no se constata con hechos fehacientes. A continuación pondremos una serie de ejemplos generales y particulares para dotar de credibilidad todo lo dicho al comienzo de esta exposición. Como decía Hans Christian Andersen: "Donde fracasan las palabras, la música habla".
Publicado: 11/Mayo/2016